El románico de la sierra
Disfruta entre los bosques de la Sierra de la demanda, donde sabinas milenarias y robles quejigos pueblan su laderas aromatizadas con tomillo.
DETALLES DE LA RUTA
KILÓMETROS
PUEBLOS
HORAS
De Cubillo del César a Jaramillo Quemado, pasando por Neila, Canicosa de la Sierra y la peña de Carazo
La escuela artística y arquitectónica de la Sierra de la Demanda discurre desde el siglo X hasta el XII con un estilo muy particular. Se trata de una interpretación local de las formas románicas que convierten en especial el románico serrano de esta comarca burgalesa, donde la naturaleza y el arte se fusionan hasta complementarse.
El románico serrano es muy sencillo y sigue siendo identificable a pesar de las posteriores restauraciones. El objetivo de estas esculturas era claramente didáctico y los símbolos reflejaban trascendencia de la tierra al Cielo.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Comenzando por el camino natural hacia Soria, la N-234, donde veremos a nuestra izquierda las primeras estribaciones de la Sierra de la Demanda y a la derecha el antepaís que sirvió de soporte a la elevación de esas montañas.
El viajero verá cambiar el paisaje hasta llegar a Cubillo del Cesar, que nos obsequia con una cuidada iglesia tardorrománica.
No dejaremos de visitar el singular e incompleto templo de Santa María de las Viñas, ermita asentada sobre una villa romana y en las proximidades de un importante castro y una necrópolis celta (sitos en el picón de Lara). Este alto en el camino nos hará disfrutar de los relieves exteriores, de su grandioso arco triunfal y el cuidado espacio del coro monástico.
La ruta nos conduce a continuación a uno de los primeros lugares significados en este caminar: Lara de los Infantes. La población de ascendencia romana, con notables restos de esa época, está presidida por los lienzos de la torre de Lara y por su notable iglesia parroquial. El edificio que se conserva es en lo esencial una obra románica.
Descendemos hacia el valle y en Campolara tomamos la carretera que cruza la remodelada vía verde Santander- Mediterráneo y, por una carretera estrecha que serpea entre un bosque ralo de robles, acabaremos en San Millán de Lara.
La población, de rica arquitectura popular, asienta sus reales en una ladera que mira hacia el riachuelo que desciende de las laderas de la mole del monte Mencilla. El paraje, un tanto agreste en ocasiones, presenta una notable calidad con una naturaleza.
Al amparo de un posible eremitorio y su lugar de culto, en parte excavado en roca, se conformará el monasterio de San Millán de Lara.
El elemento más reseñable es que estemos ante una iglesia de tres naves con la correspondiente cabecera triple, grandes pilares, doble portada y especial cuidado de la estructura de la fachada occidental.
La serpenteante carretera, entre un tupido bosque de robles, conduce nuestra derrota a Jaramillo de la Fuente. De lejos destaca la silueta de su esbelta torre románica de tres cuerpos adosada al muro de poniente del templo, que es igualmente románico.
Este templo, como sucediera en los precedentes presenta, ante todo en lo relativo a la escultura, dos etapas: una que vinculamos a la escuela de la sierra y otra realizada por maestros muy cercanos al mundo silense.
Seguimos camino al amparo del monte Mencilla por la solana de la Demanda haciendo el siguiente alto en la coqueta población de Vizcaínos, que crece a orillas del placentero y cristalino Pedroso y nos invita a pescar alguna de sus sabrosas truchas.
En el conjunto del pueblo, con un caserío muy apiñado de raigambre medieval, resalta y destaca la iglesia parroquial de San Martín, templo que presenta las características arquetípicas del arte románico presente en la mayoría de los templos que podemos considerar populares.
La arqueología ha demostrado que la nave de este templo se corresponde con otro precedente de época prerrománica, tal vez de finales del siglo IX o comienzos del X. No deberemos perder de vista la cuidada pila bautismal románica.
Al salir de Vizcaínos la encrucijada del camino nos invita a seguir a mano izquierda, aguas arriba del Pedroso, hasta la cercana villa de Barbadillo del Pez. Una vez allí lo primero que deberemos hacer es recorrer la población para ambientarnos con el paisaje y la arquitectura popular. El núcleo urbano se organiza en torno a una calle, pueblo galería, con algunas casonas con soportales y escudos.
La ermita de Santa María de Urilla, ubicada en el alto de uno de los cerros que dominan el vallecillo, nos habla un lenguaje que podemos denominar prerrománico por su ábside recto, el tipo de sillares de una parte del mismo y la estructura en general. Hay una excelente pila bautismal románica.
Desde el núcleo urbano, a mano izquierda de la carretera, tomaremos un camino vecinal que nos llevará a los pies del Mencilla, no sin antes pedir la llave. Recorridos unos tres kilómetros -siempre que haya cruces se deberá tomar el camino de la izquierda-, llegaremos al antiguo núcleo de población denominado Villasarracín. La ermita de San Quirico y Santa Julita se ubica en una zona elevada. En este caso interesa visitar el interior pues tiene un arco triunfal tipo portada.
Seguimos ruta por la carretera hacia Nájera, abandonando la antigua calzada romana, y adentrándonos en el tajo abierto por el Pedroso.
Conviene ir pausadamente, disfrutando del imponente y grandioso desfiladero en el que afloran las rocas pizarrosas del bloque paleozoico resquebrajado en las etapas finales del movimiento alpino.
Guiaremos nuestros pasos aguas abajo del río Tejero al encuentro de la población de Vallejimeno, ya en el valle de Valelaguna, que nos obsequia con un significado puente medieval y una pila bautismal románica en la iglesia parroquial, además de un cuidado núcleo urbano de arquitectura popular serrana.
Siguiendo esta carretera de montaña acabaremos en la población de Huerta de Abajo, cuya iglesia parroquial conserva algunos restos románicos, entre los que significamos su pila bautismal con epigrafía.
Descendemos hasta el valle para aproximarnos a la ermita comunera de Nuestra Señora de Vega, en cuyas inmediaciones localizaremos los restos de una mansio romana, un templo con algunos restos románicos y notables estelas funerarias.
El núcleo urbano de Tolbaños de Abajo, muy concentrado, parece una reliquia intramontana con sabor a medioevo que bien merecerá un recorrido. La iglesia parroquial de San Quirico y Santa Julita, está situada a las afueras del pueblo, a media ladera de un imponente barranco. En las cercanía hay una necrópolis altomedieval de tumbas antropomorfas.
Seguiremos la carretera que nos llevará hasta la villa de Huerta de Arriba. Una vez más nos brinda un cuidado y sugerente núcleo urbano con recuerdos, como en todos del entorno, con los tiempos gloriosos de la Mesta y la trashumancia ganadera. La iglesia parroquial de San Martín nos sorprenderá, pues pese a la apariencia barroca, en su interior veremos lo que queda del anterior templo románico. Se conserva una curiosa pila bautismal románica. En un cerro se ubica el otro elemento de interés la ermita la ermita de Santa María.
En Huerta de Arriba tomaremos una carretera de montaña a mano izquierda, que luego de subir un pequeño puerto, desde donde disfrutaremos del notable paisaje del valle de Valdelaguna y la falda sur la sierra de Neila, con sus lagunas. Atravesaremos un buen cuidado bosque de robles, pinos y en algún momento acebos, en el que vive una numerosa fauna de ciervos, jabalíes, lobos, águilas etc. que en otro tiempo fuera un lugar de caza reservado a la alta nobleza y al propio rey, como nos recuerda el libro de la Montería de Alfonso XI.
A partir de aquí seguiremos por la carretera que paulatinamente nos irá adentrando en el denso y sugerente pinar, que nos llevará hasta nuestro siguiente destino, la singular y notable villa de Neila.
La población se organiza en dos barrios. Primeramente nos toparemos con el de San Miguel y recorridos unos 500 metros llegaremos al más significado donde se encuentra la iglesia de Santa María.
El monumento de mayor interés en nuestro recorrido es la iglesia de San Miguel. Es un templo de una sola nave, planta de salón, portada originalmente abierta al mediodía y cubierta de armazón de madera.
El templo más antiguo, según la epigrafía, fue levantado a iniciativa del abad Núñez por el maestro Nuño Sancho en la era de 1125 (año 1087) que la convierte en una de las fábricas más antiguas.
Seguimos ruta hasta Quintanar de la Sierra a donde llegaremos recorridos unos 12 kilómetros. Esta villa nos obsequia con un casco urbano con arquitectura popular en algunas zonas, una pila bautismal románica en la iglesia parroquial de San Cristóbal. No dejaremos de visitar los importantes yacimientos arqueológicos de Cuyacabras, Cueva Andrés y la zona de Revenga que están adecuadamente señalizados.
Desde el centro de la población regresaremos a la carretera principal donde nos desviaremos a mano izquierda en dirección Canicosa de la Sierra. Esta población nos invita a hacer un detenido recorrido por su casco urbano para degustar la arquitectura popular serrana, bien que algo modificada. No dejaremos visitar la iglesia parroquial de San Esteban que conserva una cuidada pila bautismal de formas y trazas románicas.
Retroceremos nuestros pasos para volver a la carretera principal y llegaremos nuestro siguiente destino, la localidad de Palacios de la Sierra. El núcleo urbano se sitúa entre dos cerros y crece en la zona llana y en sus laderas. El cerro que tenemos a la izquierda nos invita a visitarlo para contemplar la necrópolis alto y plenomedieval, las ruinas de la iglesia románica y los restos de lo que fuera un castillo. En el cerro de enfrente nos saluda la parte más importante del casco urbano y su notable iglesia parroquial de Santa Eulalia cuya fábrica presenta fundamentalmente trazas tardogóticas y elementos renacentistas pero en la que aún queda una excelente torre con parte de su alzado de formas románicas y con algunas formas que nos traslada a tiempos pretéritos.
Seguimos nuestro camino y después de recorridos 6 kilómetros llegaremos al bello enclave en que se asienta la población de Moncalvillo. Daremos un paseo por su exquisito casco urbano, bien conservado y ejemplo de arquitectura popular serrana. La iglesia parroquial de San Pedro, se sitúa en la zona más alta, es un templo de dos naves, básicamente de formas barrocas que nos brinda una notable pila bautismal románica.
Haremos un alto en la población de Castrillo de la Reina.
Con tranquilidad y el alma sosegada recorreremos su notable casco urbano, uno de los mejor conservados de la zona con una notable arquitectura popular.
No dejaremos de visitar el cuidado templo parroquial de San Esteban, de notable estructura tardogótica y un cuidada pila bautismal románica.
Antes de abandonar esta población en la zona más alta, a mano izquierda de la carretera nos sorprende la iglesia rupestre de Santiuste con algunas tumbas antropomorfas excavadas en roca.
Regresamos hasta Castrillo de la Reina donde tomaremos dirección Salas de los Infantes y una vez aquí seguiremos la N-234 en dirección Soria al encuentro de la población de Hacinas. Esta cuidada villa está ubicada en un altozano de rocas areniscas desde cuya cima, con restos de un pequeño castillo, podremos contemplar una parte importante de la comarca de Lara y el imponente relieve residual de la Peña de Carazo, montaña mítica y de gran significación para el entorno.
No dejaremos de visitar la iglesia parroquial de San Pedro que nos brinda unos cuidados capiteles románicos y la correspondiente pila bautismal del mismo estilo amén del conjunto de su fábrica que va desde el siglo XV al XVII. Bien merece un paseo por el cuidado núcleo urbano que nos brinda una notable arquitectura popular.
Volvemos a la carretera de Soria y en el cruce tomaremos la BU-910. Recorridos unos 2 kilómetros tomaremos la desviación a mano derecha que nos llevará a Villanueva de Carazo. La iglesia parroquial de la Invención de la Santa Cruz nos brinda un cuidado ábside de planta rectangular, esencialmente románico, pero con recuerdos de épocas pretéritas. En el interior se conserva una cuidada pila bautismal románica.
Regresamos por la misma carretera hasta la BU-910, una vez allí, como opción podemos seguir hasta Carazo, en cuya iglesia parroquial de Santa Eugenia se conserva una pila bautismal románica, muy similar a muchas otras de la zona. La iglesia, de factura tardogótica con una gran reforma en el siglo XVIII, nos obsequia con un cuidado retablo mayor de la segunda mitad del siglo XVI.
Regresamos a la ruta principal para tomar dirección Salas de los Infantes, una villa de recuerdos legendarios que nos obsequia con sendas parroquias de formas góticas y renacentistas, amén de un cuidado arte mueble, destacando el retablo mayor de Santa María. En la parroquia de Costana documentamos una pila bautismal románica. No dejaremos de visitar el pequeño museo parroquial, el de los dinosaurios y los importantes restos de arquitectura popular de la zona de Santa María y de Costana.
Volvemos de nuevo a la carretera de Soria, la N-234, y tomamos dirección Burgos hasta llegar a la población de Barbadillo del Mercado. Su casco urbano de trazado medieval, nos obsequia con una arquitectura popular de notable calidad y algunas casonas de porte nobiliario. Tomaremos la carretera que lleva hacia Contreras para cruzar el puente romano, muy alterado, que atraviesa el Arlanza. A mano derecha, a unos 300 metros, se encuentra la ermita de San Juan que tiene una larga secuencia constructiva que va desde el siglo IX hasta el XVI.
De regreso a la vía principal tomaremos dirección Burgos. Recorridos cuatro kilómetros habremos llegado a nuestro siguiente destino, Cascajares de la Sierra, villa nacida a orillas del Arlanza, cerca de la calzada romana que tiene como fondo el imponente monte del Gayubar. La iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora conserva una parte de la estructura románica, ante todo el ábside, una porción del muro norte y el arranque de la espadaña. En su interior guarda una de las pilas bautismales románicas de mayor calidad y singularidad de la existentes en la provincia de Burgos.
En esta misma población tomaremos una carretera local que nos situará en Jaramillo Quemado. Lo primero que veremos, ya desde lejos es la iglesia parroquial de San Martín, de excelente fábrica tardogótica. La torre, de factura tardorrománica, responde al prototipo que vimos en Vizcaínos y Jaramillo de la Fuente. Nuestra visita se completará con la pila bautismal ya casi de formas góticas y el excelente arte mueble que hay en su interior. No dejaremos de visitar el núcleo urbano que nos brinda una notable arquitectura popular.